Cerca de la Corona de Filiel se encuentra la denominada Corona de Quintanilla que presenta un doble sistema de fosos defensivos de más de 20 metros de profundidad excavados hidráulicamente. La entrada al recinto se hace por el canal principal mediante al que se accede a la calle principal del poblado.
El asentamiento romano de la Corona de Quintanilla, con una superficie de 15600 metros cuadrados y un perímetro de 524 metros, se encuentra situado en el extremo final de la explotación aurífera romana conocida como "La Barrera", de 4,5 km de longitud, realizada sobre los sedimentos auríferos de la margen izquierda del río Llamas, principal afluente del Duerna en la zona. Los sedimentos auríferos de esta margen del río Llamas se encuentran emplazados a modo de terraza, por lo que los ingenieros romanos decidieron para su explotación trazar un único canal por el borde superior que se abastece de un gran depósito situado en su cabecera que recibe la alimentación del propio río Llamas. De este canal derivaron a ambos lados múltiples salidas que han dado lugar a una curiosa morfología en espina dorsal, que reúne además casi todas las tipologías de explotación: zanjas-canal, peines y cortas de arroyada. Los canales de lavado de la vertiente norte próximos al castro, con una longitud de varios cientos de metros y las típicas murias que jalonan su recorrido, son probablemente los mejores que se conservan de la minería hidráulica romana.